Hábitos que deforman la boca de los niños
Hay muchos hábitos patógenos, conductas adquiridas que no tienen sentido fisiológico, que a la larga producen alteraciones funcionales, esqueléticas o dentarias de la boca. Como consecuencia, es posible que el niño requiera de tratamientos odontológicos para corregir esas deformaciones.
- Uso del chupete. Resulta muy beneficioso si se utiliza en la etapa adecuada, ya que les calma y reconforta, pero debe ser eliminado antes de los tres años de edad, porque si no la deformación que provoca se considera irreversible.
- Succión digital (chuparse el dedo). Tiene el mismo efecto calmante y reconfortante que el chupete, pero resulta mucho más difícil de eliminar. Provoca deformaciones que muchas veces pueden llegar a ser irreparables en su totalidad.
- La matiscación asimétrica. El dolor en un diente (por caries u otra causa) o la pérdida del mismo pueden obligar a masticar los dientes por un sólo lado. Este hábito provoca en el niño un desarrollo más rápido de la dentición definitiva, de huesos y de músculos en el lado activo. La prevención y tratamiento consisten en restablecer la normalidad, curando los dientes enfermos o reponiendo los dientes ausentes mediante implantes u otros métodos.
- Deglución atípica. Se produce por la colocación incorrecta de la lengua al deglutir. Al tragar deberíamos colocar la lengua en el paladar, en lugar de ponerla hacia delante (hacia los dientes), que es lo que hace el niño con deglución atípica cada vez que deglute.
- Respiración oral. Respirar por la boca tiene varias afectaciones a nivel oral, entre las que destaca la compresión maxilar. El maxilar superior queda estrecho y muy profundo, y al ocluir no lo hace de forma correcta con el maxilar inferior.
- Morderse las uñas. No es bueno para maxilares, dientes, ni uñas; aparte del evidente foco de infección que supone el hecho de morderse las uñas.
- Morder lápices, bolígrafos, etc. Suele ser un hábito de tipo nervioso y puede provocar pequeñas fracturas en esmalte y dentina.
- Usar los dientes como herramientas varias. Para abrir bolsas, cortar etiquetas, etc. Puede provocar desde fracturas dentales, a luxaciones y desplazamientos dentales.
Éstos hábitos deben corregirse tan pronto como se detecten. Es fundamental que los padres estén atentos, y que respalden al niño en todo momento. El refuerzo positivo (como felicitarlo o premiarlo de alguna forma) cuando no recurran a estos hábitos, será fundamental a la hora de ayudarlo a dejarlo. Siempre es importante consultar con un especialista en el caso de dudas, sobre todo cuando comiencen a aparecer los dientes definitivos.