Higiene bucal en niños que llevan brackets

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Tal y como lo venimos diciendo desde siempre, la higiene bucal es vital para la salud dental de los niños. Resulta indispensable para prevenir el desarrollo de enfermedades de la cavidad oral. El buen cuidado de la boca se hace aún más imprescindible para los que llevan brackets o algún otro aparato dental.

Derivado de una mala higiene, muchos de estos pacientes se ven afectados por caries, enfermedades periodontales o mal aliento. Para prevenir, no basta sólo con el cepillado normal. A la par con su tratamiento, deberían contar con un kit especial que incluya un cepillo dental convencional, uno interdental (más pequeño diseñado para retirar la acumulación de residuos entre los brackets), hilo dental y enjuague bucal libre de alcohol. No es necesario utilizar una pasta dental especial, pero sí que es importante realizar el lavado cada vez que se ingieren alimentos.

Es muy importante, previo a la colocación de este tipo de aparatos, verificar que el niño no tenga sarro, ni algún diente afectado por caries. Si en el transcurso del tratamiento llegara a presentarse, habría que atender de inmediato la incidencia. Además, bajo este tratamiento es necesario acudir a citas médicas mensuales para verificar el progreso y detectar posibles anomalías.

Los niños durante el proceso correctivo deberían evitar el consumo de alimentos duros debido a que pueden despegar piezas del aparato; así como el consumo de alimentos de composición gomosa como las chuches, chicles, etc. dado que pueden acumular residuos entre el diente y la pieza metálica con más facilidad. Además, deberíamos impedir a que muerdan lápices ya que podrían fracturar el aparato. Al concluir el tratamiento, y una vez retirados los brackets, es necesario llevar a cabo una limpieza dental profesional para retirar residuos de resina y devolver la cavidad oral a un estado óptimo.

Para cualquier duda que tengáis respecto a este tipo de tratamientos, no dudéis en acudir a nuestra clínica donde os podemos ayudar.

Dentición del bebé

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El período de dentición (la salida de los dientes de leche) puede ser un período frustrante, tanto para el bebé como para los padres. Saber cuál es el proceso y cómo hacerlo un poco menos doloroso le puede ser de gran ayuda. Lo primero que hemos de tener en cuenta es la variabilidad en la aparición de los dientes. No todos los niños son iguales y no en todos aparecen los dientes a la misma edad. 

La dentadura infantil completa se compone de 20 piezas que irán apareciendo paulatinamente en siguiente orden:
Incisivos (palas) centrales: entre 6-9 meses
Incisivos (palas) laterales: entre 8-12 meses
Caninos (colmillos): entre 16-20 meses
Primer molar: entre 12-16 meses
Segundo molar: entre 20-30 meses.

En ocasiones los dientes salen sin provocar problemas, pero en otros casos la encía puede estar inflamada o enrojecida cuando el diente intenta salir a la superficie. Esta situación muchas veces provoca molestias al niño, pudiendo manifestarlo babeando intensamente, mascando, royendo, o con irritabilidad exagerada. Por supuesto, no hay que olvidar que estos síntomas no son exclusivos de la erupción dentaria y que pueden aparecer por otras causas.

Para aliviarle las molestias, resulta beneficioso que el niño mastique algo (un trozo de pan puede servir). Los mordedores también pueden ser de utilidad, sobre todo si se enfrían en el frigorífico, así como administrar jarabes o supositorios que contengan paracetamol o ibuprofeno para calmar el dolor (respetando siempre la dosificación recomendada).

En cuanto a la primera visita al dentista, en la actualidad la recomendación es a los 12 meses. El profesional hará una revisión de dientes y encías, verá si existen caries del biberón, se evaluarán posibles problemas como mordida cruzada, abierta o alteraciones de crecimiento. En nuestra clínica hemos acompañado a miles de niños desde que eran bebés hasta su adolescencia. No dudéis en visitarnos si tu peque necesita cualquier ayuda.

Cepillado dental

Equipo - Dental Intantil Murcia


Para que nuestros pequeños mantengan unos dientes fuertes y sanos es indispensable que tengan una buena higiene dental. La sonrisa impecable se consigue sólo mediante una correcta y constante limpieza bucodental. El mayor esfuerzo tienen que realizarlo en casa, no obstante se hace imprescindible complementarlo, aunque sea una vez al año, con una limpieza dental profesional.

La limpieza dental es esencial para evitar enfermedades como la caries o la gingivitis. Sin embargo, cada niño es diferente y requiere una acción personalizada. Para asegurarnos cuál sería la forma correcta de cepillarse los dientes, lo mejor sería acudir al odontólogo a que les recomiende tanto la frecuencia con la que deben realizar la limpieza casera y profesional, como las pautas.

Hablando en general, nosotros aconsejamos a que se cepillen de 2 a 3 veces al día, poniendo acento al cepillado nocturno. Durante la noche salivamos mucho menos y las sustancias nocivas de la boca se hacen más fuertes, por lo que no deberían saltarse nunca ese paso. También es aconsejable que se cepillen los dientes después de las comidas, no obstante hay veces que eso se hace imposible ya sea porque están fuera o por cualquier otra razón. En esos casos recomendamos, como mínimo, enjuagar la boca con agua para al menos eliminar los restos de comida.

Traumatismos dentales en niños y adolescentes

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¿Sabías que el traumatismo dental es actualmente la segunda causa de demanda de atención dental en niños, tras la caries? Si has vivido una experiencia similar sabrás que los traumatismos de este tipo son quizá uno de los accidentes más dramáticos que le pueden suceder a un niño.

Los traumatismos son dolorosos y los niños tienen diferentes formas de demostrar ese dolor. En los bebés puede manifestarse como imposibilidad de succión o rechazo al alimento. Cuando el nervio queda expuesto, pueden manifestar también una sensibilidad aumentada al frío, calor y roce de los alimentos. En la mayoría de los casos podemos observar heridas en la cara y/o labios.

Para adoptar las medidas clínicas e higiénicas pertinentes hemos de saber de qué tipo de lesión se trata. Las clasificaciones en los traumatismos dentarios son numerosas, pero para facilitar la comprensión vamos a hablar de tres tipos:

Fractura – Se trata de la rotura de un fragmento del diente. Se consideran como complicadas las fracturas que afectan al nervio. En dentición temporal es el odontólogo quien tiene que decidir si restaurar o no la pieza temporal traumatizada. En dentición permanente las fracturas sí que se deben reconstruir. 

Luxación – Consiste en el desplazamiento del diente dentro de su propio alveolo, con aumento de su movilidad sin que se produzca su salida. En dentición temporal se debe esperar a la reerupción espontánea del diente y en la permanente se debe fijar el diente luxado a los dientes vecinos para disminuir su movilidad y examinarlo periódicamente mediante radiografías de control.

Avulsión – Salida completa del diente de su alveolo con una fractura completa del paquete vasculonervioso. En dentición temporal no se debe reimplantar o recolocar el diente para no dañar el definitivo. No obstante, sería conveniente poner una prótesis para que el niño recupere las funciones de fonación, masticación y la estética adecuada a su edad. En dentición permanente sí se debe reimplantar y lo ideal sería en un plazo de 30 min. Para que la reimplantación tenga éxito es imprescindible que el diente se transporte en un recipiente con leche, solución salina, agua o saliva del traumatizado.

Cualquier lesión traumática se debe tratar con carácter urgente. Los padres deben llevar al niño a una clínica dental con la máxima rapidez para que así el dentista especialista pueda hacer un examen y valoración de los dientes y tejidos circundantes y determinar la pauta a seguir. En nuestra clínica atendemos a diario niños con estos problemas y si tenéis cualquier urgencia no dudéis en acudir a nosotros. Un diagnóstico correcto y a tiempo junto a una adecuada actitud terapéutica son imprescindibles para solucionar los problemas derivados y devolverle al pequeño la sonrisa que se merece.

Sellado infantil

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Es un tratamiento preventivo que sirve para evitar la aparición de caries en los niños o reducir su impacto. El sellado complementa a otras medidas preventivas como la higiene dental o fluoración. Es un tratamiento fácil y totalmente inofensivo para el tejido dentario. Se trata de delgadas capas plásticas que se aplican a las superficies de masticación de los dientes posteriores permanentes (molares y premolares), donde se forman la mayoría de las caries. Es una barrera altamente eficaz que evita la acumulación de bacterias.

La aplicación de un sellado no es dolorosa; se realiza sin anestesia y se puede efectuar en una sola visita. Es muy importante que los niños realicen visitas periódicas al dentista ya que los sellados se desgastan con el paso del tiempo.

Los estudios indican que después de 4 años y medio los molares permanentes sellados, de niños de 5 a 10 años, tenían reducción de caries en más de un 50% de las caries de las superficies masticatorias u oclusales, en comparación con los dientes en los que no se usaron selladores.

La importancia del flúor para la salud bucal de los niños


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El flúor o fluoruro es un elemento natural que está presente en muchos alimentos, como pescado azul, col, espinacas, trigo, arroz, uva, etc. aunque en cantidades muy pequeñas. También lo podemos encontrar en la mayoría de los dentífricos y en muchas aguas potables. Cumple funciones tan importantes como el fortalecimiento de los dientes y huesos, y la prevención de la caries.

Existen varias formas de aplicación del flúor:
– La ingestión de flúor diaria a través de alimentos y el agua potable.
– Uso de pastas dentífricas y colutorios con alto contenido en flúor, muy útiles para la remineralización del esmalte.
– Flúor tópica; tratamiento con geles o barnices de flúor.

En los estudios más recientes se ha llegado a la conclusión de que el efecto local del flúor (flúor tópico) directamente sobre el diente es el que realmente previene las caries, y que el flúor por vía general, ingerido, que llega al diente a través de la sangre, es realmente importante sólo antes de que salga el diente, cuando se está mineralizando dentro de la encía.

Las aplicación tópicas se recomiendan sobre todo a los niños de riesgo, con siguientes características:

– los que tienen caries activas
– los que tienen malformaciones de la boca
– los que llevan ortodoncia fija (brackets)
– niños con deficiencias mentales que dificultan su higiene
– niños con especial riesgo si hubiera caries (enfermos del corazón, problemas de inmunidad o hemofilia, por ejemplo)

Los demás niños, los que no se consideran de riesgo para caries, pueden aplicar flúor en el dentífrico y, si son mayores (a partir de los 6-7 años), también pueden hacer enjuagues diarios o semanales.