Erosión dental en niños

La erosión dental o erosión ácida corresponde a la pérdida irreversible de los tejidos superficiales del diente. Se debe exclusivamente a la acción química de ácidos, donde no participan las bacterias. Podemos decir que se trata de una afección común a nivel mundial, afectando especialmente a la población infantil por el alto consumo de bebidas ácidas y carbonatadas. En este caso el desgaste erosivo es más pronunciado en dientes temporarios que en los dientes permanentes, debido a que los dientes temporarios tienen menor contenido mineral que el esmalte de un diente definitivo.

Entre los principales factores de riesgo se pueden mencionar:
• El consumo frecuente y abundante de los productos alimenticios y bebidas erosivas, que es uno de los temas de principal preocupación de los odontólogos y odontopediatras. También se deben tener en cuenta factores como el comportamiento inusual que se puede dar en los niños en los hábitos de ingerir bebidas ácidas (como, por ejemplo, agitar en la boca bebidas carbonatadas), que incrementan el daño erosivo.
• El reflujo gastroesofágico, que también puede afectar a los niños.
• La ingesta de medicamentos, que pueden disminuir la secreción salival y el pH.
• Vómitos.

Prevención de la erosión dental:
Es aconsejable evitar que los peques coman y beban alimentos y bebidas ácidas durante el día, limitando su consumo preferiblemente a las comidas principales.
En el caso de las bebidas, deberían acostumbrarse a tomarlas con pajita. De esta forma el líquido está menos en contacto con los dientes.
Es muy importante que se cepillen los dientes al menos dos veces al día, usando pasta de dientes con flúor.
Masticar chicle sin azúcar, también ayuda a neutralizar los efectos de los ácidos, ya que estimula la secreción de saliva neutralizando así la acción de los ácidos.

Para más información, no dudes en acudir a nuestra clínica o contactar con nosotros.

Cosas que debes saber sobre tu cepillo de dientes

En este artículo te daremos datos realmente asombrosos sobre el cepillo de dientes. Quizás le restes importancia a este utensilio tan personal, pero estamos seguros de que, a partir de ahora, empezarás a prestarle más atención.

El cepillo de dientes es un instrumento vital en nuestro aseo cotidiano y debe ser tratado con mucho respeto, ya que es un potencial foco de gérmenes y bacterias. Los estafilococos, las bacterias coliformes y las levaduras que alberga la boca se transfieren al cepillo cuando lo usamos. Además el cepillo no sólo está expuesto a las bacterias bucales, sino también a otros microorganismos que suelen habitar en el baño.

Para evitar la proliferación de microorganismos, hemos de dejarlo siempre en posición vertical para que se seque lo más rápido posible. Tenerlo en un estuche, con el objetivo de que no se llene de bacterias, es contraproducente.

Si en casa somos varios y todos ponemos el cepillo en el mismo vaso o recipiente, trataremos de que estén lo más separados posibles, para que las bacterias no pasen de uno a otro.

Aunque no lo veamos desgastado, es preciso sustituirlo periódicamente. Por ejemplo, si se ha tenido alguna enfermedad o brote, si el baño es muy húmedo o si se ha compartido, etc. En condiciones “normales” no hay que dejar pasar más de tres meses de uso.

Otra cuestión muy importante es que cada persona debería tener una herramienta de limpieza acorde a sus necesidades. Si bien no se confeccionan a medida, como un traje, existen decenas de modelos: más blandos, más duros, ergonómicos, de plástico, de goma, etc. Si, por ejemplo, tienes encías sensibles y usas un cepillo de cerdas muy gruesas puedes provocar un sangrado. Por el contrario, si las encías son más fuertes y se emplea un cepillo con cerdas suaves la eficacia del cepillado será menor.

8 errores más comunes que cometen los niños al cepillarse los dientes

Todos sabemos que el cepillado dental es uno de los elementos más importantes para cuidar la salud dental. Este hábito tan beneficioso pierde eficacia cuando no se realiza de manera correcta. Las bacterias y los restos de comida no se eliminan de la boca y es ahí cuando surgen los problemas. A continuación te desvelamos los 8 errores más comunes que cometen los pequeños (y también los mayores) al cepillarse los dientes.

  1. Mojar el cepillo antes de echar la pasta dental. El cepillado debería realizarse con el cepillo seco para que los restos de comida se puedan retirar con más facilidad, sin generar espuma.
  2. Enjuagarse la boca mientras se cepillan. Deberían hacerlo sólo una vez y al terminar el cepillado. De otra forma eliminan la pasta y el fluoruro, encargados de la limpieza y protección.
  3. Cepillarse los dientes demasiado rápido. Si lo hacen con prisas es posible que algunas zonas queden sin repasar. Para conseguir buenos resultados, han de hacerlo durante 2 minutos.
  4. Cepillarse demasiadas veces o demasiado fuerte. El exceso también puede ser perjudicial para la salud oral; puede dañar el esmalte y las encías. Desde nuestra clínica recomendamos que lo hagan suavemente y no más de tres veces al día.
  5. Cepillarse solamente la parte visible. Es importante limpiar la cara externa e interna, superior e inferior de los dientes y muelas de ambas mandíbulas, así como la lengua.
  6. Cepillarse los dientes haciendo otras tareas. El lavado necesita atención y cuidado, y no se puede compaginar con otras actividades. Si los niños son muy pequeños, recomendamos que les superviséis y les ayudéis.
  7. No inclinar bien el cepillo. Lo aconsejable sería mantener el cepillo en un ángulo de 45%, y hacer movimientos circulares desde la encía hasta el diente.
  8. Emplear pastas sin flúor o con demasiada (o poca) cantidad. Os recomendamos este artículo para averiguar la cantidad de pasta dentífrica que necesitan los niños según su edad.

 

Cuidado dental infantil: 10 errores comunes que cometen los padres

Muchos padres no son conscientes de que la salud bucal puede impactar la salud y bienestar general de los niños. Por ejemplo, si el niño sufre un dolor crónico debido a la caries y no se trata, éste puede afectar el habla y los hábitos alimenticios. También afectará su rendimiento escolar y su vida personal.

¿Cuáles son los errores comunes que hacemos los padres y que afectan la salud dental de nuestros hijos?

  1. No cuidar los dientes de leche – Muchos creen que los dientes de leche no necesitan atención porque se caerán muy rápido. No obstante, las mismas infecciones que sufren los dientes de leche se transmiten a la dentición permanente. Por eso es muy importante que los niños adquieran buenos hábitos de higiene oral desde la infancia y, además, que los dientes de leche que tengan caries sean restaurados.
  2. No tratar las caries – La caries es una enfermedad infecciosa y transmisible. No sólo hay que tratar las infecciones bucales de los más pequeños, sino también las de los padres, hermanos mayores y las personas que los cuidan.
  3. Retrasar la primera consulta al dentista – Es recomendable que la primera visita se realice a los 12 meses. El profesional hará una revisión de dientes y encías, verá si existen caries del biberón, se evaluarán posibles problemas como mordida cruzada, abierta o alteraciones de crecimiento. 
  4. No acudir de forma periódica al dentista – Para mantener una salud óptima, los pequeños deberían acudir al dentista por lo menos dos veces al año.
  5. Usar pasta dental sin flúor – El flúor es un mineral que refuerza el esmalte dental haciéndolo más resistente a la caries. (En este artículo descubrirás qué pasta de dientes deben utilizar los niños y las cantidades recomendadas para cada edad.)
  6. No ayudarles con el cepillado – A partir de los 7 u 8 años los niños son capaces de cepillarse correctamente los dientes, pero mientras tanto deberíamos ayudarles a llegar a las zonas más inaccesibles, como las muelas o caras internas.
  7. No limpiar la lengua – Al igual que cepillamos nuestros dientes, es recomendable también dar un ligero raspado a nuestra lengua para eliminar las numerosas bacterias que se depositan sobre ella.
  8. No usar el hilo dental – La limpieza con hilo dental es una parte esencial de cualquier rutina de cuidado bucal. Ayuda a eliminar la placa que hay entre los dientes, en zonas a las que el cepillo de dientes no llega.
  9. Darles demasiados alimentos y refrescos dulces – Cuanto menos dulce sea la comida y la bebida de los niños, mucho mejor, tanto para prevenir la caries como la posible diabetes infantil.
  10. No dar ejemplo – Al cuidar nuestros propios dientes el niño recibirá el mensaje de que la salud bucal es algo importante e imitará nuestra conducta.

Señales de que tu hijo debe visitar al dentista cuanto antes

En varias ocasiones os hemos hablado de la importancia que tienen las revisiones dentales periódicas para la salud oral de los más pequeños. Visitar al dentista con regularidad permitirá detectar a tiempo posibles problemas y proteger su salud. La frecuencia de las visitas vendrá determinada por factores tales como la edad, la salud y el riesgo de padecer caries. No obstante, son muchos los que acuden a la consulta sólo cuando sienten dolor, aun teniendo indicios evidentes de alguna patología bucal.

Si tu pequeño presenta alguno de estos síntomas, no dudes en llevarlo al dentista lo antes posible:

  • Sus dientes están sensibles al calor o al frío.
  • Sus encías están hinchadas y/o sangran al cepillarse o usar la seda dental.
  • Se tapa la boca. No le gusta el aspecto de su sonrisa o de sus dientes.
  • Tiene dolor o hinchazón en la boca, la cara o el cuello.
  • Tiene mal aliento persistente o mal sabor en la boca.
  • Tiene dificultades para masticar o tragar.
  • Su boca está a menudo seca.
  • Rechina los dientes mientras duerme.
  • Tiene un historial familiar de enfermedades de las encías o caries.
  • Tiene diabetes, enfermedades cardiovasculares, trastornos de la alimentación.
  • Está recibiendo un tratamiento médico muy agresivo, como la radiación o la quimioterapia.
  • Cuando se ha roto alguno de sus brackets.
  • Su mandíbula hace ruidos, como clics o chasqueos, cuando mastica o abre la boca.
  • Tiene una úlcera en la boca que no se mejora con el tiempo.
  • Si se ha arrancado un diente.
  • Si se le ha agrietado un diente.

Incluso si el niño no tiene ningún síntoma, todavía puede tener problemas de salud oral que sólo un dentista puede diagnosticar, por eso es muy importante que las revisiones no sean sólo por los motivos mencionados. La continuidad de la atención es una parte fundamental de cualquier plan de salud, y la salud dental no es una excepción.

¿Por qué los niños deben acudir al dentista con regularidad?

Visitar al dentista de forma frecuente es clave para que los más pequeños mantengan una buena salud oral. Son muchos los que acuden a la consulta sólo cuando tienen dolor, sensibilidad, sangrado en las encías, inflamación, etc. Es una costumbre totalmente errónea ya que todos estos síntomas no son más que una alarma de que algo no va bien, y se podrían haber evitado si se hubiera hecha esa revisión periódica de la que estamos hablando.

Que tu hijo acuda periódicamente al odontólogo es importante por distintos motivos:

  • Prevención. Una buena prevención oral es imprescindible para evitar el desarrollo de patologías, como por ejemplo la caries. Muchas enfermedades dentales son poco perceptibles a simple vista y requieren de una revisión profesional para su detección, diagnóstico y tratamiento.
  • Higiene bucal. El dentista podrá indicarnos qué carencias hay en la rutina diaria de higiene oral del niño. También nos puede aconsejar sobre qué productos puede y debe utilizar el pequeño, cómo lavarse los dientes correctamente, cuántas veces lo debe hacer, etc.
  • Seguimiento de los tratamientos. Aquellos niños que se encuentran en tratamientos ortodóncicos u otros, deben acudir con más frecuencia de lo habitual para que se les realice un buen seguimiento.

Puesto que cada vez hay más niños pequeños con problemas de caries, los especialistas recomiendan que la primera revisión se realice no más tarde de la erupción de los primeros molares, que suele ser a los 18 meses aproximadamente. Algunos problemas dentales ocurren a muy temprana edad y es muy importante aplicar medidas preventivas.

No obstante, acudir al odontólogo es igual de importante en todas las etapas de crecimiento y desarrollo de los niños. Mantener los dientes y las encías sanas es indispensable tanto para la salud en general, como para la estética y la funcionalidad de la sonrisa, que a su vez es necesaria para mantener una autoestima sana y fuerte.

Cómo prevenir la sensibilidad dental

Hace un par de meses en este artículo os hablábamos sobre la sensibilidad dental en niños y sus causas. El tema principal del artículo de hoy es cómo prevenir esas molestias.

Antes de hablar de la prevención de la sensibilidad dental es necesario definir los síntomas. La sensibilidad en los dientes es una de las experiencias más molestas que alguien puede sentir, sobre todo para los más pequeños. Suele aparecer al entrar en contacto con alimentos y bebidas frías o calientes. El dolor ante la presión también puede ser uno de los indicios, aunque suele ser más propio de la sensibilidad pulpar.

Si los dientes de tu hijo son sensibles, hay varias medidas sencillas pero muy importantes que se deben adoptar para evitar este tipo de molestias:

– Cuidar la higiene bucal es imprescindible para que mantenga los dientes sanos. Recuerda que el cepillado apropiado y sobre todo, la limpieza con hilo dental le ayudará a prevenir infecciones y retracciones en las encías, que pueden ser la causa de la sensibilidad dental.

– El peque debe utilizar un cepillo suave, preferiblemente uno para dientes sensibles.Además, tiene que llevar cuidado de no cepillarse demasiado fuerte o con mayor frecuencia de lo que su odontólogo recomiende.

– Es importante que utilice productos dentales con flúor, pero siempre en las cantidades recomendadas para su edad, o los que su especialista considere que debe utilizar.

– Hay que tener mucho cuidado con los alimentos ácidos ya que pueden desgastar el esmalte de los dientes; por ejemplo, zumos de frutas, aderezos para ensaladas a base de vinagre, refrescos, etc.

– Ha de evitar el rechinar los dientes o mantener las encías tensionadas por la presión constante de las muelas. Si no lo puede controlar, sería recomendable que utilizase una férula de descarga.

– Y por último, pero no menos importante, es que el niño visite regularmente a su dentista para que le realicen limpiezas profesionales y le aconsejen sobre el cuidado bucal.

Si tu peque está notando cualquier molestia, no dudes en llamarnos y pedir cita para averiguar la causa de su problema.

La gingivitis también es cosa de niños

Tal vez te parezca extraño, pero los niños y adolescentes también suelen tener problemas de gingivitis. La gingivitis, en sus distintos grados de severidad, es prácticamente universal en los niños (alcanza cifras del 70% en niños de 7 años) y adolescentes (se eleva hasta el 90% a los 10 años). Es una forma de enfermedad periodontal  que se caracteriza por la inflamación e infección de los tejidos de soporte dental, como serían las encías, los ligamentos periodontales y el hueso alveolar.

La mayoría de estas inflamaciones están relacionadas con los siguientes factores:

  • Depósito de placa bacteriana – las bacterias suelen ser las responsables en la mayoría de los casos.
  • Presencia de caries y obturaciones que favorecen la presencia de bacterias y dificultan la higiene.
  • Erupción y caída de dientes – durante estos procesos se pueden producir inflamaciones muy molestas. Estos procesos normalmente suelen ser asintomáticos, pero en ocasiones la encía puede contaminarse de bacterias e inflamarse.

¿Cualés son los signos y síntomas de alarma?

  • Cambio de coloración de la encía: más roja, incluso amoratada.
  • Recesión de las encías hasta el punto de dejar muchas veces al descubierto las raíces.
  • Sangrado de la encía en cualquier momento, no sólo en el cepillado.
  • Heridas que pueden causar dolor de encías y mucosas.
  • Mal aliento constante, por mucho que se haga una higiene exhaustiva de la boca.
  • Sensacion de que las encías se mueven y de que los dientes están más separados.

Un cuidado periodontal integral e ininterrumpido durante la infancia y adolescencia puede prevenir el desarrollo de patologías periodontales más agresivas en la edad adulta. Enseñar al niño a limpiar sus dientes evitará el problema y le hará responsabilizarse de su salud bucodental en el futuro.Además, es muy importante tratar las caries, aunque sean dientes de leche, y que los tratamientos estén bien realizados para evitar que se produzcan daños en la encía. Una limpieza bucal profesional cada 6-8 meses también ayudará a eliminar las bacterias así como los restos de placa que los pequeños no han sido capaces de eliminar mediante la higiene diaria.

Si tenéis cualquier duda, respecto a este tema, podéis contactar con nosotros y os ampliaremos la información.

Bruxismo infantil II (tratamiento)

Hace un par de semanas en este artículo os explicábamos qué es y cuáles son las causas del bruxismo infantil. Esta vez os vamos a hablar sobre los posibles tratamientos del mismo.

Es probable que el hábito de apretar y rechinar los dientes sea pasajero. Tal vez se deba a una situación estresante (cambios, enfermedades, muchas exigencias, etc.) y desaparezca cuando pase esa época puntual, la cual suele suceder

Después de los 6-7 años aproximadamente. Lo que podemos hacer es observar cuándo hay bruxismo y si coincide con las situaciones mencionadas.

Si el trastorno es recurrente, se aconseja acudir al dentista para que examine y valore las lesiones. Si éstas son mínimas o imperceptibles, no es necesario ningún tratamiento local, sino más bien una atención esmerada a los trastornos de ansiedad.

Una forma de tratar este hábito de manera no invasiva es con terapias antiestrés, mediante la práctica de algún deporte, paseos, un baño relajante, un masaje, la lectura de un cuento, escuchar música, etc. Hay que procurar que no se vayan tristes ni enfadados a la cama (ni que lo estemos nosotros con ellos). En definitiva, buscar el modo en el que el niño abandone los nervios antes de dormirse, y por supuesto nada de televisión u ordenador antes de ir a la cama, ya que hace que no estén «desconectados» ni tranquilos.

Cuando se trata de unas lesiones acentuadas y su posible afección muscular, en la mayoría de los casos es necesaria la colocación de una protección dental de resina o plástico, conocida como férula de descarga, para impedir la lesión permanente y afección de los dientes. En ocasiones también se recomienda la fisioterapia con ejercicios musculares para ayudar a su relajación y disminuir el dolor provocado por la tensión bucodental.

En resumen, el bruxismo infantil se produce cuando el niño aprieta y rechina los dientes mientras duerme. Hemos de estar atentos a su evolución e intensidad, intentando reducir las posibles causas que lo provocan para que el niño duerma más relajado y tranquilo, y para evitar problemas derivados de este trastorno. Como siempre, para cualquier cuestión, duda o más información, quedamos a vuestra disposición.

6 propósitos dentales para el 2017

Año nuevo, vida nueva. Queda muy poco para que finalice este año y desde nuestra clínica te sugerimos unos propósitos razonables y saludables para el 2017. Hablamos de mejorar tu salud dental, y la de tus pequeños, a partir de unos pocos hábitos que os ayudarán a preservar una sonrisa sana y bonita durante todo el año:

  1. Cepillarse los dientes dos veces al día: cepillarse los dientes de manera correcta un par de veces al día permite remover la placa de la superficie dental antes de que se convierta en sarro y ponga en peligro el esmalte y las encías.
  2. Cambiar el cepillo dental cada 3 meses o una vez sus cerdas estén desgastadas. De esta forma aseguraremos una mayor eficacia en su uso.
  3. Pasta dentífrica rica en flúor. Usar este tipo de pasta nos ayuda a prevenir la caries dental. Hemos de tener en cuenta que los más pequeños han de utilizar pastas infantiles que también contienen fluoruro, pero en menor proporción.
  4. Utilizar el hilo dental a diario. Mantener una buena limpieza interdental es la única manera de remover la placa y los restos que se quedan entre los dientes.
  5. Alimentación sana y equilibrada. La correcta alimentación es fundamental tanto para la salud general, como para mantener una buena salud oral.
  6. Revisiones periódicas. Para controlar la salud de nuestra boca, resulta imprescindible acudir a nuestro dentista de manera regular (como mínimo una vez al año los mayores y los niños dos veces al año). La ayuda profesional es uno de los aspectos preventivos más importantes para mantener unos dientes y unas encías sanas.

Para que estos buenos propósitos sean efectivos, lo más importante es incorporarlos a la rutina diaria y que seáis constantes. Y, si actualmente tenéis algún problema, no dudéis en acudir a nuestra clínica para que os ayudemos.

 
¡Feliz año nuevo a todos!